lunes, 17 de agosto de 2009

Klezmer

Tu voz seduce mi sangre, el coro es un lamento
al compás de un jazz latino que rompe la meditación,
la trompeta es aire que estalla

granadas como gorriones en vuelo, bayonetas que agujeran la piel,
niños muertos como moscas en el patio

tus melodías se alzan, carpas, fiestas, templos de un circo que agudiza
los nervios de la piel encrispados

Lilith y Eva son una
Adán y la víbora son hermanos

arenoso lenguaje que asecha
nómadas del instante, alambres y pergaminos sangrientos

páginas de polvo
la risa de niños carbonizada suspendida en las corrientes negras del viento

Regreso a tu voz errante, a tu lenguaje judio,
regreso con dos ceniceros que recogen los dias que mueren como un cigarro entre los labios de tu danevén moderno

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