viernes, 23 de diciembre de 2011

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el olvido es una piedra donde se esconden muertos.

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en las palabras del agua los lirios de tu piel se abren.

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la voz raspa las uñas, las paredes absorben la luz

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si aprender de la soledad y el desprendimiento es parte del propósito de vivir y morir, es fácil declarar como locura lo que el ser humano hace con su vida.

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los ladrillos tienen piel, la baba del cemento se endurece, el tiempo es la yema de tus suspiros.

El hombre es algo que se palpa

El hombre es algo que se palpa, es verso rojo sobre la frente tiesa y pálida de la página.

El hombre es el giro del aire entre lo que se dice del hombre.

El hombre es algo que se palpa. De su brazo lo tomas, entre sus manos te carga. Sus manos son tibias y frías, sus pies dóciles, tensos y crudos.

Su aliento es agrio, es el hedor de carne y flores muertas.

El hombre es un momento del campo o la ciudad.
El hombre se dobla, se perfora, gime.
El hombre es un niño que corre asustado.

mas potente que el hambre, su rostro es hambre, fiebre, anhelo por la inyección que lance dagas de luz por sus venas... se enciende su rostro rojo bañado por el reflejo y escalofrío de su propia muerte...

El hombre es algo que se adivina
es huella, es sombra que se diluye en la mirada

El hombre es algo que se respira, que se construye con ramas y tristezas

El hombre es algo que se respira, poros abiertos, boca abierta, con raíces de sangre sobre el pulmón.

El hombre se escribe con la saliva

El hombre es algo que se bebe

que se vende y olvida.

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los pedazos de nieve se derriten sobre el suéter de lana bajo el humo de la fogata.

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la nieve cae como tachuelas blancas

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llegó la edad de piedra, la sangre se petrificó, llegó la piedra sin edad a la mirada, llegó la oscuridad al cuerpo sin edad.

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se desmoronan los pedazos de hielo como migajas de pan.

El Desierto

El sol nos
bebe,
ciega
y esculpe

somos cavernas huecas en las cuales un bicho,
tan fiel como el hombre hizo su morada

La Aldea

la aldea de hormigas rojas es un pecho de tierra erguida desmoronándose bajo la lluvia

Deja que te cubra

Deja que te cubra en mis manos
en el hilo rojo que cruza
la pobreza de estas paredes

somos

somos las puertas donde el ruido blanco del amanecer hizo su hogar

Exotérico

retorna lo oculto, es la luna de sangre bajo el disfraz de civilización,
ante su luz se dobla y se enrosca el animal herido intentando esconder su
naturaleza original y pedestre.