la pezuña del árbol sobre el río
fue una barca de raíces
para dos
algo arrastró la corriente
algo se entumió en la mirada
perplejo
sin poder
retener el brillo
del instante
terminó lo que llamamos un día
murmullo de viento
e interrogativa
sólo se respiran ausencias
la mano delgada y ligera como hoja suelta
sólo
la voz tibia y el arco de tu risa
sólo
un viaje verde a Rumania para ti,
el retiro al budismo,
al rostro blanco de Tara
y para mí,
la ignorancia y el retorno
al árido desierto.
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